La única persona en el mundo que lee el spam debo ser yo, pero a veces leo cosas interesantes como ésta.
Se ha divorciado, se ha peleado con su mejor amiga, ha roto la sociedad comercial con su amigo.
Usted desea distraerse pero ya no cuenta con ellos como para compartir su próximo viaje, pero no por eso quiere perderse la maravillosa experiencia de tomar un crucero, sobre todo por que sabe que eso le ayudará a olvidar
y a conocer nuevas personas del sexo opuesto en su misma condición que están allí.
¡¡Esperando por diversión!!
Muy bien, adelante, pero no deje de leer los consejos que aquí le brindamos para poder maximizar el potencial de sus vacaciones.
Y ahí es donde le venden el crucero con tutti le fioci. Es por eso que en vistas de evitar que ud. grite
¿!Ehh che vóó, estás esperando diversión?! apenas suba a ese barco es que le voy a dar estos consejos.
Eligiendo el crucero correcto: tenga cuidado donde se sube. Se puede encontrar con una muchedumbre de jubilados europeos en ese crucero tan barato que iba para Alaska o entre una horda de gays enardecidos tirándose de bomba con slips-culo-al-aire en la pileta del crucero en Brasil.
Participe y circule: interactúe con la gente, vea cuales son las actividades que se van a realizar a bordo durante el día y trate de elegir aquellas que tengan que ver con sus afinidades; no vaya a ser que por seguir a esa morocha tetona cuyo novio la abandonó y esta emocionalmente afectada (y es materia disponible para el chamuyo fino) se vea metido en las bodegas del barco donde se dicta el curso de maquinista carbonero y hay 90 marineros junto a ella. Y junto a Ud. Si se da este caso recuerde siempre poner el upite contra la pared hasta la finalización de la clase y acuse dolor de ciático. NO se agache nunca. Repito: no se agache. Recuerde la segunda parte del consejo y circule (tan rápido como pueda y siempre sosteniendo sus pantalones por la pretina). Si es mujer por el contrario, baje a la bodega del barco munida de unas copas y una botella grande de champagne al grito de
SSabórrrrrrrrr AAzúuuucaaa!!Solicite la mesa correcta: vaya enterándose de que comer solo es un embole y si no habla con el maitre para ver donde cornos le toca sentarse seguramente termine en una mesa chiquita al lado del baño o, lo que es peor, sentado en esa mesa de familia tradicional que vacaciona con los 8 chicos de preadolescentes para abajo. Si este es su caso tome el plato y se sienta en la borda. No se tire todavía recuerde que tiene todo pago, espere a volver y se suicida en casa tranquilo.
Haga siempre las excursiones en los puertos: ¿Le suena la serie El Crucero del Amor? Siempre paraban en Puerto Vallarta y la gente bajaba contenta bailando al ritmo del calipso. Si por una cuestión de presupuesto tomó un crucero local y le toca bajar en Ingeniero White trate de hacerlo vestido para la ocasión: nada de bermuditas, camisita hawaiana y ojotas; si los muchachos del gremio lo ven así le van a dar para que tenga guarde y reparta. Averigue si esta incluído en el precio del crucero el servicio de enfermería. La sutura a cargo del médico de a bordo suele ser cara y por más que sea all-included ya sabemos como es eso de la letra chica.
Tómese un cierto tiempo a solas: ¿No era que había que circular y participar, no comer solo, bajar en todos lados, estar con mucha pero mucha gente para olvidar que
se ha divorciado, se ha peleado con su mejor amiga, ha roto la sociedad comercial con su amigo?
Bitácora: Lleve una libretita y escriba el diario de la travesía. Le ayudará a ganar una mejor perspectiva del viaje en su totalidad, tener también un gran recuerdo de esta cuasi inenarrable experiencia y a no olvidar detalles tan necesarios. Sobre todo cuando se los tenga que contar a su terapeuta entre lágrimas y sentado de costado por los puntos que le provocaron los marineros de Ingeniero White.
¡Bon Voyage y traiga alfajores!