Igualmente giré 180º sobre los tacos entre sorprendida y espantada ya que una de las filosofías con las que rijo mi vida es que mi culo es mío y al señor que tenía detrás mirándome y sonriendo y con el envión que traía le puse un agendazo en el medio de la cara. Aún debe tener el logo tatuado.
El señor se llevó la mano al lugar del impacto y - con expresión que hoy puedo decir que era de ruborosa satisfacción - emitió su veredicto: Perdón, es que no lo pude resistir.
Hoy, habiendo ya pasado unos años de ese hecho y viendo que las condiciones físicas de la portadora del culo y del culo mismo han cambiado es que estoy en condiciones de afirmar con total vehemencia que si me lo llego a encontrar a ese señor en la calle le doy un beso y le pregunto si no quiere ir a tomar un café.
Me voy a hacer una remera que diga A mi me tocaron el culo.
Ahora los invitados. Chicas y chicos cuenten quien les tocó el culo cómo-dónde-y-cuándo ¿A quién le tocaron el culo o se lo quisieron tocar y cuáles fueron las consecuencias?