Diminuto milagro de esperanza, extraordinaria bendición,
sueño más pequeño,
qué grande es que el amor inicie el golpeteo de tu reloj,
qué grande la conmoción cuando te has ido,
qué extraño el pesar, el rugido del dolor,
y entonces, con suerte, verse bendecida de nuevo,
tener, contener, dar, compartir,
atreverse otra vez a sortear las rocas y las olas,
a nadar hasta que ya no puedas seguir llorando en la oscuridad,
con un anhelo más grande que el cielo, susurrando suavemente,
acercándolo con la esperanza de que lo escuchen espíritus benévolos,
larga espera, oscura noche, sin atreverse a respirar,
hasta que unos dedos diminutos te tiran de la manga,
y tocan tu corazón con oro, nunca demasiado tarde,
demasiado oscuro para tener un niño que arrullar,
milagros de la vida, precioso momento entre todos,
anhelando susurros, una llamada angustiosa,
hasta que por fin estás aquí,
para luego tenerte en mis brazos, siempre amado,
querido milagro, tan querido.
(autor desconocido)
Hace 14 años tuve entre mis brazos a mi primer hijo; 9 meses antes - con esa manía loca que hace que todo tenga forma de letra - había comprado un cuadernito de tapa floreada forrado en tela muy mono con la intención de hacer una bitácora de su vida, esa que iba a compartir conmigo hasta que la vida misma decidiera que fuese tiempo de volar del nido.
Hace ya unos cuantos años que no vuelco nada en sus páginas pero sin embargo siempre lo tuve a mano, ahí en la biblioteca en el estante de arriba, luciendo su lomo bordó floreado.
Quiero dejar acá el texto citado en itálicas que por estos días adorna sus hojas para encontarlo a tiro de piedra recordando que el milagro de la vida y del amor en época de resurrecciones es posible.
Mi hijo está en casa.
11 la espiaron:
¡Bienaventurados ustedes dos!
:)
Un beso... para cada uno.
Lindo texto.
Saludos!
Si también te gusta viajar e imaginar, pasa por la llanura que algo vas a encontrar (¡me salió un versito!).
La ultima frase, tan simple y sencillita, resume toda la felicidad de una madre!
Qué mas uno puede pedir?
No hay guita que alcance, hay desabastecimiento, la casa está dada vuelta, el pais es un kilombo, mi vida es un kilombo, pero nada me importa porque "Mi hijo está en casa"!!!
Aydió, cómo te entiendo!!!
Besos, mamaza!! :)
Acá con los muchachos hemos decidido descorchar unos botellas que tenúiamos medio acovachadas, para brindar porque el Gordo está felizmente a tiro de Chancleta de la Gabi. Y otra botella la vamos a guardar para cuando él pueda también luxarse el codo de tanto emmpinarlo, en una noche de escabio y recuerdo de aquella vez.
¡Muchos besos de pescáu!
negro contento, el que me corresponde a mi lo guardo adentro del cajoncito de momas junto con las medias in flames... ud sabe :)
Llanura pampeana, gracias! pero el texto no es mìo, sí las emociones. Eso sí, vuelva!
Stella, sabés que si? es Así. NO me importa nada. Estamos todos muy relajados, nos lo merecemos.
Fishote, el gordo de chiquito me hacia quedar como el tujes en la heladería pidiendo helado de vino, se va a luxar los dos codos y las rodillas tambien :)
Tengo el Quimera 2002 esperándome. El sábado me lleno la bañadera, pongo algo de jazz que me haga temblar los vidrios y me meto ahí con la botella, acodada en el borde regulando la caliente con la pata izquierda y libaré directamente del pico.
Muy bueno el texto, mucho mejor que todo esté bien, mímate, te lo merecés. Un Abrazo.
enhorabuena...
caia, gracias! Si.. me merezco un mimo. sisi.
burocracia, mi vecino. Gracias por tu don de gente. :)
voy y vengo aca muda. a veces lo escrito...ni siquiera se asemeja a loq ue uno siente.
beso...
con felicidad.
jujura... es tan grande la diferencia que no hay letra que alcance.
gracias angelito cascabelero, te queremos.
Tarde, como todo en mi vida :P
Casualmente... ayer pensaba en esto. En cómo habría resultado este percance.
Feliz de que sea en buena forma, miss origami :o)
Publicar un comentario