lunes, 21 de enero de 2008

Alivio

10 la espiaron


La impotencia que sube,
la garganta anudada,
el corazón inquieto
golpea con furia.
Callado secreto.
El vientre que añora,
sudor en la espalda,
el olor de tu cuerpo,
las sábanas tibias,
las manos en cuenco.
La bronca que tengo
la cargo en el alma.
Tal vez el alivio sea
pegarte un fustazo,
darte vuelta la cara,
o marcarte la boca
con un mordiscón
en forma de beso.

sábado, 19 de enero de 2008

Hombrecitos

2 la espiaron



boomp3.com

Anoche me fui con 2 de los 3 sotretas a cenar por ahí. Se les antojó comer sushi, cosa que no es santo de mi devoción pero le vengo encontrando la vueltita y allá fuimos. El lugar ni vale la pena mencionarlo dado que he probado sushis mejores.

Se sentaron correctamente, leyeron la carta de vinos y se pidieron sus gaseosas, los palitos con ayuda – esos que tienen una gomita y un papelito. La nota: Mateo pidió sushi de milanesa el que obviamente no le sirvieron pero le dijeron que para la próxima le tenían preparado.

A la hora de irnos Fran pidió la cuenta, la revisó, pagó controló el vuelto y dejó una propina mientras yo le explicaba cómo debía hacer esa pequeña tarea de invitar a una señorita y asumir un rol. Me corrió la silla cuando me paré y me alcanzó el infaltable saquito que suelo llevar en verano porque me congelo con el aire acondicionado mientras Mateo me abría la puerta del local al salir. Son hombrecitos.

Mi mamá me enseñó como debía sentarme, modales, estilos de peinado, vestimenta y maquillaje adecuados y sobre todo las actitudes. Siempre me decía se nace mujer pero lo de señora te lo tenés que ganar. A lo que ya en una etapa más moderna puedo agregar hay mucho macho pero poco hombre.

Desde anoche me está dando vueltas en la cabeza eso. ¿Quién nos enseñó a comportarnos como hombres y mujeres? ¿Les transmitimos esos valores a nuestros hijos?


En una sociedad donde la familia está desarticulada como tal, donde las madres compiten con sus hijas a ver a quien tiene el tetor más arriba, donde los padres muchas veces sólo son proveedores económicos, donde se entiende por romance el galanteo previo a un mero acercamiento sexual, donde el use y tire pareciera venir estampado como un lunar de nacimiento se torna complicado.


Pero no imposible.

jueves, 10 de enero de 2008

You know... it's jazz

11 la espiaron

Buenos Aires, pasadas las 8 de la noche de una primera semana de enero agobiante. Me tiré un rato en la cama con las patas sobre una almohada previa ducha tratando de que esa manera el escaso aire caliente y pegote que deja circular el ventilador de techo. Aparato maldito que sigo sin poder acomodar y hace un ruidito ñongui ñongui bastante molesto pero con cierto ritmo de arrullo. Medio que me aletargo haciendo un poco de inútil zapping cuando invariablemente me voy para el lado de people+arts donde a veces engancho algo semicopado para espiar mientras me hago la no-dormida.

Se escucha un piano de fondo con algunas cuerditas, un clarinete o algo que se le parece. Miro de reojo. Una morena con un vestido de fiesta colorado (onda Michelle Pfeiffer en Los Fabulosos Baker Boys pero menos adherente) canta paradita frente a un público sentadito, quieto y sonriente. Presto un poco más de atención y quedo enganchada como moma de encaje al alambrado de púas.

La gente aplaude. Títulos. Fin de show. ¿Y yo? ESO me había gustado... ¡Y mucho! ¿Quién era esa negra que cantaba jazz tan bonito? Me quedé mirando los títulos rezando por un nombre. Señoras y señores, les presento a Molly Johnson, a la que pueden escuchar acá. (ventana nueva o te quedaste sin leer lo que sigue)


Me puse a webear y encontré data en su site oficial y en wikipedia que maso dice que es nacida en Canadá de padre blanca y padre negro su historia musical comienza cuando ella y su hermano, Clark Johnson, fueron grabados por el productor Ed Mirvish para presentarlos en Porgy and Bess en el Royal Alex Theatre. Esa actuación fue seguida por otras tantas y mientras tanto Molly crecía y se anotó en la Escuela Nacional de Ballet para poder llegar a ser coreógrafa.

No muy lejos de la Escuela había un bar donde con sus hermanos y amigos se quedaban tocando sesiones de R&B junto a muchas canciones compuestas por Shawn Jackson y Dominic Troiano que eran amigos de su hermana mayor. Mientras continuaba con sus estudios de ballet le fue picando el bichito de la cantautora.

A los 15 años ya había formado su primera banda de disco llamada Chocolate Affair, pero esto sólo funcionó por un año ya que Molly se pudrió de cantar siempre lo mismo y pretendía algo de material propio.

En el 79 arma Alta Moda - más orientada al funk y al rock - con Troiano. Logran un hit en las radios y firman con el sello IRS y al poco tiempo se van para el lado del rock pesado pasando a acomodarse como Infidels. En paralelo Molly se mete a cantar jazz como solista e investiga a los grandes como Gershwin y Ellington.

En 1992 IRS pierde interés en los Infidels y los manda al fondo del cajón y de ahí en más la pobre mina anda de acá para allá. Forma una familia y organiza shows para una fundación por lucha contra el SIDA pero siempre le picó el bichito de la música y un día se cruza en Toronto con el productor y compositor Steve MacKinnon que la invita a cantar y componer algunas canciones con él. Al tiempo Steve le dice que piensa que tienen un disco editando en el 2000 –con una crítica sumamente favorable - su primer y homónimo Molly Johnson orientado al jazz-pop. Dato al paso: se grabó en el living de la casa de Steve MacKinnon y participaron gente de la talla de Stephan Grappelli.

Lamentablemente siempre que se sube se baja y otra vez va para atrás con la compañía discográfica Song Corp., que quiebra y la dejan en bolainas y en el 2002 graba Another Day que es un exitazo en Francia. Fue producido por Craig Street (Cassandra Wilson, Susana Baca, Holly Cole) y la ingenierìa estuvo a cargo de Kevin Killen (U2, Kate Bush, Elvis Costello).

En el 2006 sale a la cancha con su 3er album Messin' Around editado por Universal/Anthem. El disquito – además de temas propios – cuenta con covers de temas de Prince, Bruce Springsteen y George Gershwin.

Otro dato curioso: hizo historia en el Toronto Downtown Jazz Festival, siendo la primer vocalista canadiense en colgar el cartelito de localidades agotadas en un show en el escenario principal. También canto a bordo del Royal Yatch Britannia para los Príncipes de Gales, así como para Nelson Mandela y Quincy Jones. ¿Qué tul con la mulata jazzera?

Tiene una voz que me hizo recordar mucho a India Aire – otro día les cuento quien es – muy clara pero con un toquecito de rasposidad - ¿O tal vez melancolía? - que le ajusta fenónemo al jazz. Muy suave y dulce para cantar y por supuesto con un toque de picardía y sobre todo muy pero muy prolija.

Su banda suena muy bien, todos ellos con un CV feroz en cuanto a estudios, entidades artísticas en las que participan y artistas/shows con los que colaboraron. Esta compuesta por:

Colleen Allen en el saxo, flauta, clarinete, acordeón y coros.
Andrew Craig (coros) y Lisa MacDougal al piano
Mike Downes en el bajo
Mark McLean, Daniel Barnes y Mark Kelso en percusión.

Llueve quedito, corre airecito lindo y parece que el calor va a darnos una tregua; no puedo hacer otra cosa que recomendarles que escuchen a esta mulata canadiense que me sacó del letargo y me despertó de una siesta tardía hermosa.

Para el fishote, que le gusta el jazz y me hizo adicta a este género que de a poquito, con oreja de corcho y mucha curiosidad voy descubriendo.

jueves, 3 de enero de 2008

Plataforma - Houellebecq

19 la espiaron


Me tomé un tiempo para arrancar con la lectura de este libro que compre el 12 de Octubre de 2005 y recién lo tuve decidamente entre mis manos en febrero de 2006 y cada tanto lo releo. De hecho lo tengo subrayadito con algunas notas al márgen - cosa que no suelo hacer - pero este libraco me hizo pensar demasiado. Digamos que es disparador de pensamientos y reflexiones que no pueden quedar en el olvido.

Sabía que el autor, Michel Houellebecq era renombrado, me habían llegado varios comentarios y me crucé con su nombre en varios entornos diferentes, por lo que me dije que ALGO interesante tenía que decir este señor y era mi deber escucharlo.

Al principio del libro me plantee varias veces la opción de dejarlo para otra oportunidad - adelantando los capítulos iniciales ya la duda era para varios años en el futuro - pero como soy obstinada seguía dando vuelta las páginas en busca de el mentado mensaje.

Cada tanto me encontré con alguna frase, que desde la ironía y el sacarsmo, hicieron que fuera metiéndome en los vericuetos de la industria del turismo (Tailandia, Cuba, Phuket por nombrar algunos de los centros turísticos que recorre el autor), incluyendo la mágica ciudad luz a la que describe - en su infinito cinismo - como París nunca fue una fiesta para mi.

Básicamente Plataforma trata de la suplencia de la seducción por el dinero, más clarito: habla del turismo sexual y los motivos del mundo actual por la sencillez del intercambio de relaciones realmente humanas por simples transacciones económicas y las necesidades que hacen que esto sea así.

Se podría agregar en una segunda lectura que es la historia y el análisis hacia el estado de amor, narrando desde una óptica pluralista y tocando temas como la religión, la política, la prostitución, la sociedad moderna tanto oriental como occidental y las benditas relaciones humanas.

Michel Houellebecq reza: Los hombres buscan dos tipos de mujeres: una dulce esposa que les lleve la casa y cuide a los niños o bien amantes ocasionales. Planteando así la disyuntiva entre el amor-compromiso, el sexo por dinero y la crítica al sistema capitalista que obliga a las sociedades minoritarias a ejercer esta profesión para el beneficio de los poseedores del poder del dinero.

Me llamó la atencion él carácter protagónico que el autor le otorga al sexo y al placer, como así también a la trasgresión de las normas "morales" de una sociedad occidental bastante hipócrita y conformista en este aspecto, dado que según su visión la cultura me parecía una compensación necesaria ligada a la infelicidad de nuestras vidas.

Tengo subrayadita una frase que me hizo reír mucho, tanto como reflexionar y mirar un poco a mí alrededor (Fishote, esta es la que te gustó tanto): las relaciones humanas no son tan complicadas como lo pintan: a menudo son irresolubles, pero no complicadas.

Cercano al final del libro, descubrimos la historia de amor que está escondida en una visión bastante irónica y cínica de las relaciones humanas en cuanto al sexo; una historia de amor que a mi me hizo entender su reflexión, tan cierta como cruda:

Del amor me cuesta hablar. Ahora estoy seguro de que Valérie fue una radiante excepción. Se contaba entre esos seres capaces de dedicar su vida a la felicidad de otra persona, de convertir esa felicidad en su objetivo. Es un fenómeno misterioso. Entraña la dicha, la sencillez y la alegría; pero sigo sin saber por qué o cómo se produce. Y si no he entendido el amor, ¿de qué me serviría entender todo lo demás?

El amor es entrega por el simple hecho de SER en el otro y no se trata de analizar sus motivos u orígenes. El amor es una Plataforma de salto libre. Lo dijo Michel Houellebecq.


¿Será por esto que sufro de vértigo?

Tal vez una de las formas más simples de contar algo es mediante las metáforas, creo que el autor se luce tremendamente en la siguiente descripción que a mi entender da orígen al nombre del libro y encierra conceptualmente toda su visión sobre el amor y la cobardía.

Un día, a los doce años, subí a lo alto de un pilón eléctrico, en las montañas. Mientras subía, no miré abajo ni una sola vez. Al llegar arriba, a la plataforma, bajar me parecía complicado y peligroso. Las cadenas montañosas se extendían hasta donde llegaba la vista, coronadas de nieves eternas. Habría sido mucho más sencillo quedarse allí, o saltar. Me retuvo, in extremis, la idea de estrellarme; pero si no, creo que habría disfrutado eternamente del vuelo.

Disfrútenlo, por mi parte le voy a dar una nueva lectura y a chequear notas al márgen.

Consejo: es para leer de a dos y debatir, una especie de ida cine pero con más subtítulos :)